SINOPSIS:

En un breve relato incluido en La muralla china, Kafka notó que, a riesgo de desmoronarse, el deseo de dejar pasar a través puede transformar a un hombre en puente. Hijo de madre griega y padre irlandés, Lafcadio Hearn abrazó Japón quizá para transformarse en eso mismo. Prueba de ellos es La canción del arrozal, una delicada serie de observaciones minúsculas que procuran no solo poner al mágico mundo del Japón tradicional ante la mirada occidental sino también “abrir oídos”.

Acaso el tratado De Anima, de Aristóteles, sea uno de los cimientos teórico-filosóficos sobre los que comenzó a edificarse la primacía óptica-háptica de nuestra sensibilidad occidental. Allí se establece una jerarquía entre los cinco sentidos en la que el tacto (que garantiza la vida animal) y la vista (perfecta en el hombre) asumen una posición central. ¿Cómo suponer una orientación estética similar para ese Japón amante de las sombras tan añorado, por ejemplo, por Tanizaki? [“A la luz del día, qué poco interesante eres, rana”].

Debemos al occidental más crítico de Occidente, Friedrich Nietzsche, un primer llamado de atención respecto de esta tiranía óptica-háptica; que se conjuga de mil maravillas en la Era Digital. No solo rescató la importancia del olfato sino, además, como hace Hearn registrando voces cantantes, el sentido de la audición. Por boca de su profeta Zaratustra (aunque bien podría haber salido de la de la rana kajika o la cigarra higurashi), Nietzsche hizo una advertencia que vale para futuros lectores de este libro lleno de pequeñas melodías: “Cantaré mi canción… y a quien todavía tenga oídos para oír cosas inauditas, a ese voy a abrumarle el corazón con mi felicidad”.


SOBRE EL AUTOR:

Lafcadio Hearn

1850-1904


Irlandés de nacimiento pero nacionalizado japonés y enamorado de su país adoptivo, fue uno de los principales divulgadores de la cultura japonesa. El lector occidental lo conoce principalmente por su reescritura de historias y leyendas de fantasmas. Sin embargo, escribió también sobre las costumbres, la religión y la poesía de Japón.


Los ensayos que componen La canción del arrozal fueron tomados de Exotics and Retrospectives (1898), Shadowings (1900), A Japanese Miscellany (1901), Kotto (1902) y Kwaidan (1904).


CANT. DE PÁGINAS: 156

AÑO DE EDICIÓN: 2019

La canción del arrozal (Lafcadio Hearn), Ed. También el caracol

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SINOPSIS:

En un breve relato incluido en La muralla china, Kafka notó que, a riesgo de desmoronarse, el deseo de dejar pasar a través puede transformar a un hombre en puente. Hijo de madre griega y padre irlandés, Lafcadio Hearn abrazó Japón quizá para transformarse en eso mismo. Prueba de ellos es La canción del arrozal, una delicada serie de observaciones minúsculas que procuran no solo poner al mágico mundo del Japón tradicional ante la mirada occidental sino también “abrir oídos”.

Acaso el tratado De Anima, de Aristóteles, sea uno de los cimientos teórico-filosóficos sobre los que comenzó a edificarse la primacía óptica-háptica de nuestra sensibilidad occidental. Allí se establece una jerarquía entre los cinco sentidos en la que el tacto (que garantiza la vida animal) y la vista (perfecta en el hombre) asumen una posición central. ¿Cómo suponer una orientación estética similar para ese Japón amante de las sombras tan añorado, por ejemplo, por Tanizaki? [“A la luz del día, qué poco interesante eres, rana”].

Debemos al occidental más crítico de Occidente, Friedrich Nietzsche, un primer llamado de atención respecto de esta tiranía óptica-háptica; que se conjuga de mil maravillas en la Era Digital. No solo rescató la importancia del olfato sino, además, como hace Hearn registrando voces cantantes, el sentido de la audición. Por boca de su profeta Zaratustra (aunque bien podría haber salido de la de la rana kajika o la cigarra higurashi), Nietzsche hizo una advertencia que vale para futuros lectores de este libro lleno de pequeñas melodías: “Cantaré mi canción… y a quien todavía tenga oídos para oír cosas inauditas, a ese voy a abrumarle el corazón con mi felicidad”.


SOBRE EL AUTOR:

Lafcadio Hearn

1850-1904


Irlandés de nacimiento pero nacionalizado japonés y enamorado de su país adoptivo, fue uno de los principales divulgadores de la cultura japonesa. El lector occidental lo conoce principalmente por su reescritura de historias y leyendas de fantasmas. Sin embargo, escribió también sobre las costumbres, la religión y la poesía de Japón.


Los ensayos que componen La canción del arrozal fueron tomados de Exotics and Retrospectives (1898), Shadowings (1900), A Japanese Miscellany (1901), Kotto (1902) y Kwaidan (1904).


CANT. DE PÁGINAS: 156

AÑO DE EDICIÓN: 2019

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